lunes, 15 de octubre de 2007

Elaboración del Escudo de la Villa

ELABORACIÓN DEL ESCUDO DE LA VILLA

La funcionaria que me atendió, me proporcionó respuesta a todas las dudas que tenía sobre el símbolo mencionado y además alargó su conversación para que cuando saliera de allí tuviera los suficientes datos acerca del asunto tratado y no tuviera la necesidad de acudir a otro lugar para que me explicaran lo que yo necesitaba. Así, de este modo, supe que en algunas ocasiones lo que normalmente vemos como un simple objeto de adorno o mobiliario que forma parte del núcleo urbano que nos rodea, esconde curiosidades que pasamos por alto y no nos molestamos en observar el motivo por el que se encuentra en ese enclave, en este caso este objeto contaba con algo más que ser una decoración:

En 1202 habían surgido desavenencias entre el concejo y la clerecía por el disfrute del monte y tierras de pasto de ciertos montes en los alrededores de Madrid. El pleito duró veinte años. Llegaron por fin a un acuerdo en 1222 y la concordia se estableció en los siguientes términos:

  • Se daría a la Villa de Madrid todos los pies de árbol y la caza.
  • Se daría al Cabildo eclesiástico todos los pastos.

Para que el acuerdo quedara bien sellado y para memoria de todos se acordó que el escudo de la villa llevaría el oso (u osa) con el añadido de un árbol, y el escudo del cabildo llevaría el mismo animal paciendo en unos pastos. Se modeló de nuevo el escudo al que se le añadió además del árbol una orla azul y sobre ella las siete estrellas de ocho puntas (tres a los lados y una abajo) que antes estaban sobre el lomo del animal. El oso (u osa), empinado al tronco, para indicar la posesión de pie de árbol.


No se sabe con certeza en qué momento se empezó a asegurar que el árbol del escudo era un madroño. Ha sido una tradición muy tenaz y muy firme. Para apoyar esta tradición, el Ayuntamiento de Madrid viene sembrando desde hace algún tiempo, en el Retiro y otros jardines el madroño (arbutus unedo). Pero se ha demostrado que en esta zona de Madrid no hubo madroños, al menos no los hubo en abundancia y como bosque. En cambio dicen los científicos que sí hubo profusión de un árbol llamado almez o lodón, que era una especie autóctona del lugar. Este árbol tiene también unos frutos rojos de pequeño tamaño. Otros historiadores dicen que el rey de armas que pintó el escudo no se detuvo a reproducir tal o cual especie sino que pintó un árbol pequeño con frutos rojos para que se distinguieran bien.

En 1554, el rey Carlos I distinguió a la ciudad de Madrid con los títulos de coronada e imperial, otorgándole la corona real en el escudo. Dicha corona se dibujó sobre la copa del árbol y así estuvo durante bastantes años. En el siglo XVII el cronista de la villa de Madrid Juan López de Hoyos, cuenta que la corona se cambió a la cima del blasón.

En 1859 se estableció el primer escudo de la villa desde la constitución de los ayuntamientos constitucionales. Se componía de dos cuarteles y manteladura. En el cuartel de la derecha, sobre campo azul, se encontraba la figura de un grifo de oro. En el de la izquierda, sobre campo de plata, un madroño sinople con frutos de gules y un oso empinado a él, lenguado de gules. El terrazado era sinople también. En la bordadura del cuartel de azul, se encontraban siete estrellas de oro de cinco puntas. En la manteladura, sobre campo de oro, se encontraba una corona cívica, concedida a la villa de Madrid por las Cortes Españolas en un decreto promulgado el 27 de diciembre de 1822, durante el trienio liberal. La corona cívica estaba formada por un trenzado en guirnalda de hojas de roble y una banda carmesí.

En la fotografía que a este párrafo se adjunta, se puede observar una muestra existente en la actualidad en El Parque del Retiro, en una de sus fuentes, en la que está esculpido una de las múltiples representaciones que de él se hicieron.

En 1967, en el pleno del 28 de abril, el Ayuntamiento dispuso un nuevo escudo que decía así:

En campo de plata, un madroño de sinople (verde), terrazado de lo mismo, frutado de gules (rojo), y acostado de un oso empinante de sable (negro) y bordura de azur (azul), cargada de siete estrellas de plata; al timbre, corona real antigua.

La corona se hizo más grande y las estrellas se distribuían de manera que la séptima se encontraba arriba en lugar de abajo.

Y posteriormente, en años sucesivos, este símbolo de identificación ha ido sufriendo modificaciones hasta llegar a ser lo que es hoy en día.

(Documentación estraida de: http://es.wikipedia.org/wiki/Portada. Si se vulnera alguna normativa existente en las Leyes Españolas actuales, diriganse al autor del blog vía email para retirar los contenidos que violen dicha Ley).

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