Enterramiento de La Torrecilla (Getafe)

ENTERRAMIENTO DE LA TORRECILLA (GETAFE)

Situado en la ribera derecha de una de las Terrazas del Manzanares en la zona de Getafe, municipio cercano a Madrid, que cuenta además de este con otros sitios de interés turístico y en multitud de ocasiones visitados.

Este enterramiento fue descubierto de forma casual al estar realizando trabajos de excavación con maquinaría pesada en el lugar, en concreto con una pala excavadora, que dejó al descubierto un número no determinado de sepulturas de mármol blanco. Al salir esto a la luz el Instituto Arqueológico Municipal de Madrid decidió comprobar la época y el contenido de tres de las tumbas halladas.

Los tres sepulcros estudiados tenían una estructura formada por piezas de mármol blanco apenas destruidas e intactas. También encontraron piedras de forma irregular que actuaban como contrafuertes de los laterales de las paredes de las mismas. En el primer nicho no hallaron tapa alguna que lo sellara, el segundo se encontró completamente formado y el tercero poseía fragmentos de losas que lo cubrían.

Lo que más llamó la atención al grupo que llevó a cabo las investigaciones fue que en la tumba, a la que otorgaron el número 1 para diferenciarlas entre sí, pudieron observar en su interior la aparición de 3 esqueletos colocados uno encima del otro y posiblemente inhumados a la vez, al mismo tiempo les sorprendió no hallar ningún elemento personal de cada uno de ellos y sí, sin embargo, observaron en la proximidad del féretro una mancha negra de tierra y cenizas con restos de un plato de barro, tejas, fragmentos de hierro y huesos quemados, lo cual podría tratarse de algún tipo de ofrenda a algún espíritu o deidad que veneraran o un posible ritual de enterramiento.

En el sepulcro número 2 hallaron únicamente un cuerpo y al igual que el anterior tampoco disponía de enseres personales. La tierra que lo rellenaba contenía cascotes, fragmentos de huesos y cenizas.

Y por último, en la tercera hallaron un clavo de hierro que podría ser parte de un ataúd de madera, con lo que dedujeron que esta última sepultura se diferenciaba del resto en su composición al no ser el mismo tipo de enterramiento, en ella había un único ocupante al lado de cuyos restos apareció un fémur aislado perteneciente a otro cuerpo y de su cintura sacaron una hebilla de forma oval con una aguja en forma de escudo, realizadas ambas en bronce.

A 2 metros de esta última se encontraron más restos humanos que fueron arrastrados por la excavadora. Se trataban de dos cuerpos más entre los que se encontró un broche de cinturón de bronce, plano, de forma de lengüeta. Cerca de estos apareció un fragmento de vidrio muy fino y varios fragmentos de teja y cerámica.

Basándose en el broche y la hebilla encontrados, Priego y Quero dataron esta necrópolis alrededor de los siglos VI y VII.

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