viernes, 16 de noviembre de 2007

La Almudena, La Virgen de tez morena

LA ALMUDENA, LA VIRGEN DE TEZ MORENA

- Pero tu, aparte de todo lo que has contado sobre ella, ¿te has dado cuenta que la figura de la Virgen de La Almudena no es clara? – me preguntó eufórico mi amigo.

- ¿Qué no es clara?, te refieres que tiene la tez oscura, ¿no? – le respondí.

- Sí, a eso, bueno por las fotos que has puesto, he comprobado que tiene reflejada que su piel era morena, ¿a que se debe? y de todo lo que has escrito, que está muy bien, es algo que me llama la curiosidad, quiero saber a que se debe ese color y no lo has puesto.

- Madre mía, pero que impaciente eres, las cosas hay que contarlas poco a poco que si no la gente que me esté leyendo y me siga se bloqueará con tanta información, pero daré gusto a tu curiosidad y te lo contaré ya que si no te da algo, jajá jajá.

Una charla a través del Messenger con uno de mis amigos que seguía mi lectura a través de mi blog, era cierto había contado el origen, su historia, su aparición, su leyenda, su actual localización, incluso algunos de los milagros que se le atribuyen, pero la explicación de su figura, de por qué era así no.

En uno de los cantos, en concreto el Himno a la Virgen, que cantan los feligreses a su Patrona después de la Salve, dice así:

Salve, Señora de tez morena
Virgen y Madre del Redentor
Santa María de
la Almudena
Reina del Cielo, Madre de amor.
Santa María de la Almudena….

Reina del Cielo, Madre de amor.

Tú que estuviste oculta en los muros
de este querido y viejo Madrid,
hoy resplandeces ante tu pueblo,
que te venera y espera en ti.

Bajo tu manto, Virgen sencilla
buscan tus hijos la protección.
Tú eres patrona de nuestra Villa,
Madre amorosa, Templo de Dios

Decir que el humo de los cirios que los devotos de la Santa colocan a sus pies son los culpables de su color sería absurdo, puesto que, no sería posible que únicamente fuera su rostro y su cuerpo los que aparecieran con ese ennegrecimiento y el resto de la figura, sus ropajes, no estuviera manchada, así pues esta deducción queda descartada. Tampoco se puede decir que es debido a la oxidación de la plata contenida en algunas partes de la madera porque esto solamente significaría una subida de tono pero no la morenez total. Así ninguna de estas posibilidades tiene sentido por si sola.

En verdad, tres son las razones factibles de este hecho tan característico no sólo aplicable a La Virgen de La Almudena, ya que existen numerosas tallas con la misma característica que las identifica, tanto dentro como fuera de España, pero no enumeraré aquí todas existentes, ya que la lista sería larga, sino sólo las pautas que pudieron llevar a sus escultores a elaborarlas de dicha manera:

1.- Porque sabían que la Virgen era semita (del Próximo Oriente o de Oriente Medio) y querían reproducir así su origen. En algún tiempo, más bien moderno, se han hecho imágenes de la Virgen con cara filipina, o china, o japonesa, o africana, para mostrar que María era verdaderamente una mujer como la de sus propios pueblos. Pero cuando en Europa, desde el siglo VII, la quisieron poner morena, por ser fieles a su origen, hacían lo contrario, pues querían plasmarla como mujer judía.

2.- Porque, en las liturgias de la Eucaristía y de las Horas, se aplica a María el texto del Cantar de los Cantares: “Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén” así, como a la vez se explica también la corona por: “Ven del Líbano, esposa mía, ven del Líbano y serás coronada”.

3.- Cristo es el Sol de justicia (el que está en el cenit), como se canta en otra oración llamada de Adviento: «¡Oh, Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, Sol de justicia! ¡Ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y sombra de muerte!», o en la profecía de Malaquías: «Brillará el Sol de justicia con la salvación en sus rayos». Cuando exponemos la piel al sol se nos pone morena y nadie estuvo más cerca del Sol de justicia que su madre, la Virgen María, para que pueda lucir su tez morena.

Estas son las posibles justificaciones que llevarán a aquellos que tallaran su figura a realizarla de tal modo y manera.

- Espero haberte dado con estos breves apuntes una explicación convincente a tu pregunta- le comenté.

- Es curioso la cantidad de cosas que no sabemos – me contestó.

- Y con esto de momento, ya que supongo no será la última vez que nuestra Patrona salga a relucir en los textos aquí escritos, debemos pasar a otro hecho religioso también importante en aquella época Castellana: San Isidro “El Labrador”.

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