lunes, 7 de junio de 2010

Covento de Agustinos Recoletos de Copacabana


CONVENTO DE AGUSTINOS RECOLETOS DE COPACABANA


El Convento de los Agustinos Recoletos o de Copacabana, en la ciudad de Madrid, estuvo en los terrenos ocupados actualmente por la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional, así como diversas manzanas de viviendas.

El convento fue fundado el 25 de febrero de 1592 por doña Eufrasia de Guzmán, princesa de Asculi, bajo la advocación de San Agustín, sobre unos terrenos de Prado Viejo que fueron cedidos por la princesa a los Agustinos Recoletos o Descalzos, orden de reciente creación tras su separación de los Agustinos Calzados. No obstante, a lo largo de su historia ha sido más conocido por otros nombres, como el de Agustinos Recoletos, por estar habitado por religiosos de dicha orden, o de Copacabana, por venerarse en su interior desde 1662 una imagen de dicha Virgen, muy venerada por entonces en el Perú. Éste fue el cuarto convento que los Recoletos tuvieron en España.

La obra, comenzada en 1592, quedó suspendida hasta 1595. En 1620 se comenzó la iglesia, donde se albergó la imagen de la Virgen de Copacabana, copia de la existente en Perú. Los religiosos tomaron posesión del edificio el 25 de febrero de 1595, siendo su primer Prior Fray Juan de Vera. En primer momento, los Agustinos ocuparon las casas allí existentes, además de los terrenos cedidos por la fundadora, los monjes compraron a lo largo de la primera mitad del siglo huertas colindantes, ampliando notablemente la extensión del convento. Pero este primer edificio debió ser bastante pequeño y poco capaz, por lo que no tardaron los religiosos en construir uno nuevo. Más tarde, a principios del siglo XVI, comenzaron las obras del nuevo, que concluyeron el 27 de agosto de 1620. Las obras fueron encargadas a Luís de Valladolid, aunque según algunos autores participaron en su diseño el arquitecto Juan Martín más conocido por el nombre de Fray Juan de Nuestra Señora de la O y su hijo, arquitecto también, Fray Lorenzo de San Nicolás, ambos hermanos de la orden.

En este convento vivió y fue enterrado don Diego Saavedra Fajardo (Algezares, Murcia 1584-Madrid 1648), político, diplomático y escritor, que contribuyó a mantener en las cancillerías de Europa el prestigio de una España ya decadente. Los agustinos utilizaron la calavera de Saavedra Fajardo en los catafalcos, hasta que el convento fue derribado. En la huerta de los Recoletos eran sepultados los dependientes de la Legación inglesa, que no profesaban el dogma católico.

Tenía el convento una gran bodega donde se expendía al público, por cláusula testamentaria de Doña Misericordia Manuel, vino al por mayor y menor, con la condición de que hubiese un mico pintado con un vaso en la mano al que diariamente deberían medírsele dieciséis cuartillos de vino que, al no podérselo beber, se repartiesen entre los frailes que cantasen en el coro, y el doble si era día solemne.

En 1837 los monjes fueron expulsados y el convento desamortizado. El convento fue demolido tras su desamortización en 1836, y el 29 de noviembre de 1837, su solar fue adjudicado en pública subasta a Juan Álvarez de Mendizábal, el propio desamortizador. Posteriormente, el terreno fue vendido para construir un gran taller de coches, que llamado de Recoletos, fue realizado en 1845 por el arquitecto Aníbal Álvarez Bouquel. En la actualidad, su solar lo ocupan varias manzanas destinadas a edificios de viviendas y parte del palacio que alberga la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional.