jueves, 12 de diciembre de 2013

La Mariblanca: Historia

En el indicativo de la Puerta del Sol se puede ver la fuente con la Mariblanca.

La estatua ha sufrido diversos desplazamientos a lo largo de los casi 400 que posee. Ha tenido diversos emplazamientos desde que fuera inicialmente diseñada como motivo ornamental para una fuente de la Puerta del Sol.

La estatua desde que fue adquirida en 1625 por Florentino Ludovico Turqui (junto a cuatro otras esculturas) y posteriormente colocada en 1625 en la fuente de la Fé en la Puerta del Sol de Madrid, ha sufrido diversos desplazamientos a lo largo de la ciudad. Ya se declara en una crónica de la época, por Domingo Núñez (carretero de Alicante), que durante su primer viaje a Madrid, la figura apareció con la cabeza separada del tronco, debido a los violentos movimientos del viaje. Florentino Ludovico le descontó al carretero Domingo Núñez 100 reales en concepto de la reparación. La blancura de la escultura de mármol hizo que los aguadores de finales del siglo XVII la acabaran denominando la "Mariblanca". La fuente se denominaba también la de las "Arpías" debido a que estaba rodeada de otras cuatro figuras que las representaban y que vertían agua por los pechos. La fuente fue sufriendo diversos cambios a lo largo del siglo XVIII. Mesonero Romanos describe la posición de la figura en su «Manual de Madrid» de 1831 como una estatua ubicada en el centro de la Puerta del Sol. En su descripción menciona al arquitecto Pedro Ribera como su posible escultor.

En 1838 Juan Pedro Ayegui propone el desplazamiento de la fuente, en ese mismo año se produce el desplazamiento a la Plaza de las Descalzas Reales. En esta plaza se levanta una fuente más modesta de cuatro caños con la Mariblanca en su centro. Permaneció en este sitio hasta que en 1892 se substituye por una estatua de Pedro Piquer (Fundador del Monte de Piedad). Desde este lugar la estatua va a parar a un Almacén de la Villa donde estaría almacenada siete años hasta que en 1912 se decide ubicarla al aire libre en los Jardines del Retiro de Madrid. En los años 70 se reubicó entre unas columnas del canal situado en el Paseo de Recoletos. La estatua permaneció en este lugar hasta que fue dañada por vandalismo dejándola dividida en varios trozos. Fue restaurada por el Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. El 26 de marzo de 1985 el alcalde por entonces Enrique Tierno Galván decide colocarla de nuevo sobre una columna en la Puerta del Sol, justo entre una parada de autobuses que salía de la plaza.

A raíz de este acto el Ayuntamiento decide trasladar la estatua al Museo Municipal de Madrid (Fuencarral, nº 78) y con ello proteger la figura. La estatua pasa así algunos años en el rellano de una escalera del Museo. De todas formas existe otra figura en el Museo de Madrid (calle Príncipe de Vergara), y surge la duda entre algún autor sobre cual es la estatua original.

El Ayuntamiento de Madrid decide sacar la estatua de la sala del Museo de Madrid y que regrese de nuevo a la Puerta del Sol. La coloca en el pedestal el 25 de septiembre de 2009 en el cruce entre la calle Arena y la Puerta del Sol, desde donde en la actualidad nos mira vigilante.

Fotos: - Puerta del Sol.

lunes, 25 de noviembre de 2013

La Mariblanca

La Estatua de la Mariblanca es una estatua adquirida en 1625 por el escultor italiano Florentino Ludovico Turqui para coronar la fuente monumental que se hallaba en frente de la Iglesia del Buen Suceso en Madrid. Dicha fuente se encontraba emplazada en el lugar ya desde 1616 y era conocida por Fuente de la Fé (ubicada a la entrada de la calle del Carmen) y poseía muchos caños. No existe consenso entre los autores sobre si la estatua representa a Diana, o a Venus, o si por el contrario se trata de una alegoría de la Fe, a la que popularmente se la ha venido denominando la Mariblanca debido a la blancura del mármol con que está tallada.

Fotos: - Puerta del Sol.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El Oso y el Madroño

Situada en la Puerta del Sol junto a la embocadura de la calle del Carmen, fue realizada en 1967 por el escultor Antonio Navarro Santafé. Representa los símbolos heráldicos de Madrid: un madroño sinople frutado de gules, sobre el que se empina un oso.

En un principio, Madrid sólo tuvo como símbolo a un oso pasante, y con esta enseña acudieron las milicias madrileñas a la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Posteriormente, y según la tradición, se sustituyó el oso pasante por un madroño y un oso empinado. Este cambio se debió a la resolución adoptada en el largo pleito que enfrentó a la Villa con el Cabildo de Curas y Beneficiados de Madrid sobre la propiedad de los pastos y arboledas. Así, se acordó que los pastos pasaran a propiedad del Cabildo y los árboles al Concejo madrileño. Desde ese momento, el Cabildo usó en su escudo el oso pasante, mientras que la Villa adoptó para el suyo el oso erguido y el madroño, enseña que venía a simbolizar que los árboles eran propiedad de la Villa.

La propuesta para realizar un grupo escultórico con estas figuras fue hecha por la sección de Cultura del Ayuntamiento, cuyos responsables planteaban popularizarlo al igual que había hecho Copenhague con su sirenita o Bruselas con el Manneken Pis. El monumento le fue encargado a Antonio Navarro Santafé, que hizo las figuras en bronce. Se decidió colocarlo en la Puerta del Sol, donde en su día había estado la fuente de la Mariblanca. En 1985, con motivo de la colocación de una copia de la Mariblanca en el lugar que había ocupado entre 1625 y 1838, el monumento del oso y el madroño pasó a situarse a la entrada de la calle Carmen, donde ha estado ubicada hasta el año 2010, en la actualidad ha sido trasladada a la confluencia con la Calle Alcalá y la Puerta del Sol.

A quien, a fecha de hoy, afirma que el citado oso no es tal si no que es una osa que simboliza la constelación de la osa mayor, así como que el árbol de la escultura no es un madroño si no una encina. Sea como fuera, dicha figura se ha convertido en uno de los emblemas más característicos de Madrid.

Fotos: - Puerta del Sol.

viernes, 25 de octubre de 2013

Puerta del Sol: Elementos Característicos

Elementos importantes en esta plaza, aparte de la placa correspondiente al mencionado Kilómetro Cero frente a la Casa de Correos, son la Estatua del Oso y del Madroño, erigida en la boca de la calle del Carmen en 1967 y un popular punto de encuentro; sendas placas en la fachada de la Casa de Correos, dedicadas, una a los héroes del levantamiento popular del 2 de Mayo y la otra a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 y a las personas que colaboraron el día de la catástrofe; la Estatua de la Mariblanca, reproducción de una antigua y popular escultura que adornaba la fuente que allí existía; y el cartel publicitario de neón de los vinos Tío Pepe, último superviviente de los numerosos anuncios que en otros tiempos había en esta plaza.

El último elemento añadido, en 1994, es la estatua ecuestre de Carlos III. Para elegir su emplazamiento fue convocado un referéndum popular, que tuvo lugar en la propia Puerta del Sol, colocando la estatua, provisionalmente durante el período del referéndum, en el lugar que más o menos hoy ocupa. Es una reproducción en bronce de Miguel Ángel Rodríguez y Eduardo Zancada de la obra de Juan Pascual de Mena que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La inscripción en espiral que rodea el pedestal describe brevemente la historia del reinado de Carlos III. El monumento mide nueve metros de altura. Como curiosidad, cabe señalarse que, en él se instaló un dispositivo electrónico para alejar a las palomas que sobre él se posaban continuamente.

Existieron también en este lugar edificios y elementos decorativos hoy en día desaparecidos como fueron los siguientes:
  • Convento de San Felipe.
  • Convento de Nuestra Señora de las Victorias
  • Fuente de la Mariblanca, en memoria de la cual se colocó durante la reforma de 1986 una reproducción de la escultura que la adornaba.
  • Iglesia del Buen Suceso, de la cual han aparecido restos de sus fundamentos durante las obras de construcción de la estación de cercanías Sol-Gran Vía
La Puerta del Sol ha sido y es uno de los principales nudos del transporte público de la ciudad. En ella convergían numerosas líneas de tranvías. La primera línea de metro se inauguró entre Sol y Cuatro Caminos, para la que se construyó, por el arquitecto Palacios, una bella marquesina de acceso en el centro de la plaza, desaparecida para dar paso a la circulación rodada.

Antiguamente, en la plaza tenían su cabecera numerosas líneas de la EMT, hoy convergen tres líneas de metro y se han llevado a cabo las obras de la estación de cercanías Sol-Gran Vía, que, situada bajo la calle Montera, pone Sol en comunicación directa con las estaciones de Atocha y Chamartín. Así mismo, en la actualidad se ha procedido al traslado de la Estatua del Oso y del Madroño a su emplazamiento original, en la confluencia de la calle Alcalá con la Puerta del Sol y la Estatua de la Mariblanca, al inicio de la Calle Arenal.

Fotos: - Puerta del Sol.

martes, 15 de octubre de 2013

Iglesia y Hospital del Buen Suceso: Primeras reformas

En 1693 los problemas que fue sufriendo la Iglesia con el paso del tiempo se agravaron. Se realizaron reparaciones de urgencia pero en 1695 se detecto que uno de los lienzos de la Iglesia estaba amenazado de ruina. Para su solución la Junta del Patronato expuso dos opciones: mantener el tipo de planta que tenía aunque las crecientes muestras de culto exigían un mayor espacio o ampliarla a costa de la lonja añadiendo así un tramo a los pies de la nave principal y las correspondientes capillas laterales, aunque esto obligaría a levantar una nueva fachada y modificar la cúpula.

Los miembros del Patronato adoptaron la segunda propuesta, realizada por José del Olmo por aquel entonces Maestro Mayor de Las Obras Reales, y en el mes de Octubre comenzaron los derribos de las zonas más castigadas, a cargo de Francisco de Bara, Maestro de Obra del Hospital, que debía de ser descendiente del anterior Francisco de Bara que había trabajado con Francisco de Mora hacia años. Comenzó la reedificación del templo.

Se construyó una nueva fachada, aunque en la entrada sobrevivió, bajo un arco de medio punto entre dinteles, la antigua portada dórica con los escudos reales. A mediados de 1697, ya terminada la fachada, únicamente quedaba cubrir la Iglesia y terminar la cúpula. La Iglesia se dio por terminada en 1700.

Pero no acabaron aquí las desdichas de la edificación, los acontecimientos ocurrido el 2 de Mayo de 1808 en la Puerta del Sol, punto importante donde se iniciaron, provocaron numerosos daños tanto en la fachada como en su interior lo que provocó una nueva reforma en 1839 bajo la supervisión de Narciso Pascual y Colomer.

En 1854, debido a la reforma de la Puerta del Sol, Iglesia y Hospital fueron derribados, trasladándose a un nuevo edificio con idéntica finalidad y nombre en la calle de la Princesa, situado en el floreciente Barrio de Argüelles que fue inaugurado el 25 de marzo de 1868, también hoy desaparecido. Su solar lo ocupa hoy El Corte Inglés, lo mismo que prácticamente toda la Puerta del Sol actual. Del primitivo edificio sólo se salvaron unas columnas que fueron colocadas en la llamada “Casa de Bruguera”, en el Paseo de la Castellana, y el reloj, que fue trasladado al vecino Ministerio de la Gobernación, en donde estuvo hasta 1866.

Pocos años después, en 1863, sobre parte de su solar en la Puerta del Sol se levantó e inauguro el Hotel París, uno de los más antiguos de Madrid hasta que el año pasado cerró sus puertas. Sobre el Edificio aún resiste el famoso luminoso de Tío Pepe, convertido en más que un mero objeto publicitario pues ya forma parte del Patrimonio de Interés Turístico.

Frente al hospital del Buen Suceso, había una de tantas fuentes para el abastecimiento público.

Los cimientos de la Antigua Iglesia fueron descubiertos en Junio de 2006, durante las obras para la construcción de la estación de Cercanías de Sol. En un primer momento se pensó desmontarlos para llevarlos a otro lugar pero al final se ha barajado la posibilidad de dejarlos en el lugar encontrado y colocar una capa transparente para que puedan ser observados. Según Patrimonio histórico los restos encontrados pertenecen a la fachada y a las capillas laterales. Aunque se creía que, con su derribo y la reforma de la Puerta en el siglo XIX, había desaparecido todo prácticamente, lo encontrado muestra como sus sillares intactos dejan entrever la forma tan singular de la Antigua Iglesia. Lo sorprendente es que han aparecido a sólo metro y medio de profundidad. Actualmente las obras de Cercanías se encuentras paralizadas, no se sabe muy bien a que es debido, lo que esperamos desde esta página es que los responsables nos den la oportunidad al pueblo madrileño de poder conservar una de sus mayores antigüedades.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Iglesia y hospital del Buen Suceso: Edificio

Del edificio podemos decir que, en un principio, se trataba de un conjunto de construcciones variopintas formado por la antigua Ermita y el Humilladero de San Andrés, algunas viviendas y corrales, todo ello entorno a un patio. Lo más interesante era la Iglesia, formaba parte del conjunto del Hospital, cuyas instalaciones muy modestas y de medianas dimensiones, levantada sobre una planta de cruz latina, hacían que continuamente fuera necesario realizar obras de acondicionamiento. En 1590 los claros síntomas de ruina llevaron a Felipe II ha solicitar la reedificación de la nueva Iglesia y enfermería a la Junta del Patronato.

Podemos asegurar que las trazas de la construcción de la nueva estructura fueron obra del estudio del Arquitecto Mayor de las Obras Reales, por entonces Juan de Herrera (1530-1597) pero sus problemas de salud fueron la causa de que Francisco de Mora (1553-1610) fuera participando más en las Obras Reales. Gracias a la documentación existente en la Junta de Patronato Real ya nadie duda de que fue Francisco de Mora quien tuvo una importante participación en las obras y de que la construcción de la Iglesia fue responsabilidad suya y de su colaborador Diego Sillero.

Su material de construcción principal era el ladrillo revocado, debido a las deficiencias económicas por las que atravesaba Madrid por aquellas fechas. La Sociedad madrileña vivía momentos difíciles durante la última década del siglo XVI, eso unido al traslado de la Corte a Valladolid en 1601, hizo que se paralizaran las obras. Mientras tanto parece ser que el culto continuo en alguna de las instalaciones del Hospital. Una vez que la Corte regresó a la Capital las obras se reanudaron en 1606. Aunque Francisco de Mora no pudo contar con Diego Sillero, pues este había fallecido, para el reinicio de las obras, continuo su labor con el aparejador Francisco de Bara. Las obras de cantería realizadas por Agustín de Argüelles se limitaban a cimientos, pilares y arcos que sustentaban la cúpula, el resto de la edificación era de ladrillo. Su fachada principal, que daba a la Puerta del Sol, estaba compuesta por dos columnas dóricas, arrimadas con su cornisamento, situándose sobre ellas un nicho que albergaba una imagen de la Virgen. Pero quizá el elemento más célebre de su fachada era un reloj, situado en la parte superior. En 1611, tiempos de Felipe III se dieron por finalizadas las obras de la Iglesia.

jueves, 3 de octubre de 2013

Iglesia y hospital del Buen Suceso

De origen confuso, ya que autores como Álvarez y Baena lo atribuyen a Juan II en 1438, lo más probable es que fuera fundado en 1489 por los Reyes Católicos en la localidad de Baza, como Hospital Itinerante para acompañar a la Corte, instalándose sus tiendas allí donde la batalla o la situación lo requería.

Como consecuencia de una epidemia que asoló Madrid, algo que era bastante frecuente en la Villa, Enrique IV mandó construir en las afueras de la ciudad, un Hospital bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Suceso. Parece ser que fue Carlos I quien lo fijó definitivamente en Madrid, fuera de los muros de la ciudad, junto a una Ermita que dedicada a San Andrés había frente a la Puerta del Sol, confirmándose su fundación por Bula de Clemente VII el 28 de enero de 1529. Este hospital, se había alzado, entre lo que hoy son las calles de Alcalá y Carrera de San Jerónimo. Carlos I habilitó parte del edificio, para soldados y criados de la Casa Real. La construcción de la nueva casa del Hospital termino en el año 1561, ya en tiempos de Felipe II.

Tanto la Iglesia, terminada en 1611, como el Hospital, dependía directamente del Patrimonio Real, y en su delegación del Patriarca de las Indias, por lo que durante el Antiguo Régimen fue muy frecuentado por criados de la Casa Real, Guardias de Corps, Alabarderos, y personas vinculadas al Gremio de Plateros que instalaron allí su Congregación. En 1757 pasó a depender de la Parroquia Patriarcal.

También conocido como Real Hospital de Corte, el nombre de “Buen Suceso” le viene de una imagen de la Virgen encontrada por dos frailes en una cueva y traída de Roma en 1612 por Gabriel Fontanel, hermano mayor de la enfermería del Hospital, y colocada en una capilla de la Iglesia tras una solemne procesión. Al ser bendecida por el Papa Pablo V, éste exclamó, refiriéndose al hallazgo, que había sido un buen suceso tomando desde entonces la denominación del Buen Suceso.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Convento de Nuestra Señora de La Victoria

Este convento de la orden de religiosos de San Francisco de Paula, fue fundado en 1561 por el Padre provincial de la Orden, Fray Juan de Vitoria, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria.

Aunque fundado por la propia orden, el origen de este convento va a estar muy ligado a Felipe II y su mujer, Isabel de Valois, quien era muy devota de estos religiosos. Así, los monarcas solucionaron las trabas que a la fundación de este Convento pusieron la propia Villa y los Agustinos de San Felipe el Real, pudiéndose dar la primera misa el 7 de agosto de 1561, en presencia del Príncipe Carlos.

Desde el punto de vista de su arquitectura, debió ser un edificio poco notable, siendo el único elemento a destacar la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, en cuyo interior se veneraba una imagen de dicha Virgen, que realizada por Gaspar Becerra fue donada al convento por la reina Isabel de Valois.

La imagen de la Soledad, sin ser la titular del convento, gozó de gran devoción entre los madrileños. Fue regalada al convento por la reina Isabel de Valois, quien había encargado la imagen a Gaspar Becerra, y ella misma fundó la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y de las Angustias el 21 de Mayo de 1567. Sus hijos el príncipe Carlos y el infante Felipe, futuro rey de España, eran miembros de dicha hermandad, que celebró su primera procesión el 16 de Abril del año siguiente. La cofradía se extinguió en 1653. A partir de entonces, la virgen procesiona con la Cofradía de los Siete Dolores, de Santo Tomás. Tras la desamortización del convento, la imagen es trasladada a la Colegiata de San Isidro donde permanecerá hasta 1938 en que resulta destruida por el incendio que arrasó la iglesia.


Muy dañado durante la invasión francesa, fue desamortizado en 1836, siendo demolido en su totalidad. En su lugar se abrió la calle Espoz y Mina, y se construyeron varios edificios de viviendas, además de un pasaje comercial llamado de Matheu.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Café nuevo del Pombo

Antiguo Café y Botillería de Pombo, ocupaba los sótanos de la finca de la calle Carretas esquina a San Ricardo a espaldas de la Casa de Correos, hoy sede del Gobierno Autónomo de Madrid, en la Puerta del Sol, donde Ramón Gómez de la Serna instauró la tertulia más importante y más seguida de Madrid y donde en su nacimiento se prohibió hablar de la guerra y la política estaba vetada, sirviendo como refugio de todos aquellos que se hartaron de otros Cafés donde sólo se hablaba de eso. Este café fue un edén sagrado de la cultura liberal y vanguardista de la época, liderado por el genial periodista y escritor Ramón Gómez de la Serna, el mago de las letras creador de maravillosas greguerías y uno de los mayores exponentes del periodismo.

La conocida tertulia del Café Pombo fue creada en 1912, se estableció los sábados por la noche, después de la hora de cenar. En el viejo sótano se reunían, tanto renombrados como nuevos, incluso hasta las 3:00 de la madrugada. La luz que alumbraba el Café era de gas, sin calefacción, decorado por espejos con anchos marcos, algunos de caoba y otros dorados. La imagen de la Virgen del Carmen figuraba como patrona. En las tertulias se sentaban sobre una larga mesa, todos con sombreros de copa. Al fondo una escalera de caracol. Un buzón donde dejar las cartas a Ramón Gómez de la Serna. Divanes rojos, banquetas de terciopelo y cortinillas en la puerta completaban la ornamentación del espacio.

La tertulia de Pombo fue asentándose paso a paso durante sus dos primeros años de vida, se recreció durante la guerra y, al término de ésta, entró en su sazón, que culminaría con la gran influencia que tuvo en la segunda década del siglo y primeros años treinta.

Aquel mítico emplazamiento cultural. En aquel histórico sitio se vieron pasar a la gente de la Generación del 14.

"Necesito Café en que reunirme en día fijo con los míos. Café por decirlo así 'propio' en que tomar confianza con un espacio ajeno pero cerrado a través de los muchos años que pienso vivir dedicado a la faena literaria". ”Busco y encuentro Pombo, inmediato a la Puerta del Sol, detrás de su Ministerio de Gobernación, a un paso de todos los tranvías y por tanto propicio a todas las citas.".- decía Ramón Gómez de la Serna.

Uno de los contertulios, el estudiante de medicina y luego doctor, Francisco Vega Díaz, contaba de sus sábados Pombianos, desde que en el año 1924 empezara a frecuentar la tertulia y las cenas del sábado (a las 10 de la noche, cuando llegaba Ramón de la Revista de Occidente). Varias anécdotas nos relata el doctor, una relativa al carácter bondadoso de Ramón y a su sinceridad vehemente; nos cuenta:

"Cuando alguien le dijo una noche con su miajita de mala intención que a Marañón no le gustaba su estilo literario, echóse a reír campanudamente, diciendo con toda honestidad que el fiel de la balanza se inclinaba a su lado, porque a él, contrariamente, le placía el castellano sencillo y puro del doctor: '¡Pesa más, pesa más, mi opinión sobre Marañón que la suya sobre mí, porque siempre pesa más el elogio que la crítica!"

Aporta una tarjeta postal remitida por Ramón desde París (con matasellos de 24 de noviembre de 1935), en una de sus ausencias de Pombo: 

"Caballeros de la tertulia Pombiana de los sábados. Café Pombo, Carretas, 4" "Estaré en la tertulia el sábado 29. Abrazos del camarada Ramón Gómez de la Serna"


En cada uno de sus viajes, Ramón busca entre los cafés e intenta reproducir la tertulia de Pombo. Cuando Ramón vuelve a España en 1949, visita y reproduce uno de sus sábados Pombianos: y (como en su greguería) el pie se le debió quedar como con sabor a sifón.

lunes, 5 de agosto de 2013

Cerrado por vacaciones

Buenos días a tod@s.

Probablemente, cuando estés leyendo estas líneas yo me encontraré en un lugar paradisíaco tomando un mojito o un margarita a vuestra salud, al lado de una piscina o una playa de agua cristalina.

No, no digo esto por daros envidia, alguno la tendrá, supongo que siempre será sana, si no para que sepáis que mis páginas estarán cerradas durante unas semanas. 

Creo que tanto mis lectores y seguidores, todas mis páginas web, como yo misma, su autora, Raquel Sánchez García, nos merecemos unos días de descanso, en los que intentaré recuperar energías, recopilar nuevas historias que contaros y venir con las pilas totalmente cargadas a la vuelta.

Todos aquellos que me seguís en los diversos blogs que tengo (Relatos Jamás ContadosUn paseo por Madrid y Manos a la Cazuela) o en las páginas de Facebook (Relatos Jamás ContadosRaquel Sánchez GarcíaAbrazando el Olvido y Las Brasas de una Inocente), así como en otras redes (TwitterGoodreadsYoutube, etc.), sabed que si estáis interesados en adquirir alguno de los ejemplares de mis obras, tanto en papel como en digital, ofrecidos en las distintas páginas donde están a la venta o solicitándolos dedicados y firmados por mi puño y letra (estos últimos sólo a través mía), podéis seguir haciéndolo a través de ellas o de mi email relatosjamascontados@gmail.com

También os informo que me llevo uno de estos bichos tecnológicos que nos mantienen enganchad@s a las redes actualmente, y aunque no estaré disponible y voy a descansar, atenderé los mensajes que me lleguen al respecto y otros tantos en los que me hagáis consultas, pidáis consejos o me hagáis llegar comentarios a cualquiera de las entradas de mis páginas. Todo esto siempre que disponga y no falle la conexión a internet del lugar en el que me encuentre. 

Dicho esto, no me queda más que deciros, que paséis todos un buen verano, que tengáis cuidado con la carretera si vosotros también vais a salir de viaje y que espero que no falta nadie a mi regreso en Septiembre, ¡pasaré lista!

Nos vemos en Septiembre.

Saludos.


Raquel Sánchez.

viernes, 2 de agosto de 2013

Cafés literarios (2ª Parte)

La tertulia en cafés fue en otros tiempos una institución muy arraigada en Madrid y en otras provincias españolas. Su primera aparición como tal la encontramos en tiempos de la Ilustración con la proliferación de los primeros cafés donde se reunían los literatos ilustrados emulando las reuniones celebradas por los intelectuales franceses. Moratines, Iriarte y Cadalso fueron algunos de los escritores que asistían a las tertulias para hablar de teatro, toros, amores, versos y temas políticos. Con la llegada del Romanticismo, en el siglo XIX, la tertulia se populariza y se extiende entre la población. La afición al café aumenta y se multiplican los locales donde celebrar reuniones. Es el momento en que se desarrolla la prensa escrita, medio fundamental que alimenta las apasionadas charlas de la tertulia. Es entonces cuando aparecen los cafés míticos en Madrid: La Fontana de Oro, Lorencini, el Café del Ángel, el Café del Príncipe, el Parnasillo etc...

En todos ellos se reunían los jóvenes literatos que venían de las provincias para triunfar en el mundo del Arte y la Literatura. Habían de pasar la prueba de fuego de su primera exposición y argumentación ante los expertos oradores tertulianos para ser aceptados en el foro madrileño. Los sillones de peluche, los veladores, el aroma del café y el rumor de los contertulios creaban el escenario apropiado para la liturgia de la tertulia.

Al conjunto de cafés madrileños donde se celebraban las más famosas tertulias de mediados y finales de siglo XIX se le conocía como la Academia de los Cafés, entre ellos la formaban los siguientes: Café de Levante, Café Imperial, Café Universal, Café de la Montaña donde el escritor Valle Inclán en una trifulca perdió su brazo, Café de las Columnas….

Estos eran algunos de los lugares donde se reunían los intelectuales (entorno a la Puerta del Sol), los políticos republicanos, los funcionarios cesantes, los militares y curiosos. Otras tertulias importantes se celebraban en otros cafés como: Café Fornos en la Calle Peligros, Café el Suizo donde se reunían los generacionistas, Café Español donde acudían los hermanos Machado, Café del Prado donde discutían los ateneístas, El Casino de Madrid a mitad de camino entre "club" y "café" fue inaugurado en 1910 y en su bellísimo edificio, la tertulia encontró un lugar excepcional para su práctica, El Café Pombo en la Calle Carretas fue el lugar donde el madrileñismo de "vanguardia" de la mano de Ramón Gómez de la Serna desarrolló su excepcional labor creativa.

Tras la Guerra Civil, la tertulia llegó a suponer una alternativa a la maltrecha vida cultural y política del momento. Se hablaba de toros, estrenos teatrales y literarios entre otros temas. En esta época entre los cafés más sobresalientes destaca el Café Gijón; González Ruano, Martín Santos, Sánchez Ferlosio, Gerardo Diego y los componentes del "Grupo Creadora" (Cela, Pedro de Lorenzo, Azcoaga...), Jardiel Poncel, Paco Umbral todos ellos pasaron por este bello café del Paseo de Recoletos.

A partir de los años 70 muchos de los cafés de tertulias desaparecen quedando algunos pequeños reductos como son: Las Cuevas del Sésamo, El Café Comercial, El Café de Ruiz …

jueves, 25 de julio de 2013

Todos con Galicia

Ante hechos así, hoy sobran todos los comentarios sobre otras cosas.


España vuelve a llorar.

En el año 2004 fue Madrid por un atentado, accidente de tren en Castelldefels el año 2010, hoy es Galicia por su accidente ferroviario de ayer día 24 de julio de 2013.

Todo mi apoyo a las familiares y víctimas de ayer, estoy con vosotros, desde aquí mi pésame, sufrimiento y dolor os acompañan.



martes, 23 de julio de 2013

Cafés literarios (1ª parte)

En la Península Arábiga aparecieron los primeros lugares públicos que servían café, bebida con un origen legendario conocida como néctar o vino de los árabes. A comienzos del siglo XVII, Venecia introdujo los cafés en Europa que se extendieron por Italia, Austria y Francia. En España la introducción del café considerándolo tanto como consumición como por establecimiento, estuvo unido a la mentalidad ilustrada del siglo XVIII. Junto a los Salones y los Clubes, los Cafés fueron medios de difusión de ideas ilustradas y científicas y lugares de sociabilidad que respondían a las nuevas costumbres y demandas de las altas clases sociales españolas. El antecedente de los cafés españoles parece estar en los mentideros, remontándonos para ello al siglo XVII, pero el antecedente más claro es la botillería. A diferencia de ésta, el Café tuvo a comienzos del siglo XIX un carácter más permanente y no transitorio.

A mediados del siglo XIX se produjeron varios cambios en los Cafés: se reconstruyeron los viejos y se construyeron nuevos Cafés por influencia de París, fueron el marco idóneo para la burguesía y se abrieron a las mujeres. Después en los años noventa del mismo siglo se dejó sentir la influencia del modernismo en las estructuras de los Cafés, predominando ahora la arquitectura de hierro y la uniformidad espacial. Este esplendor vino dado por la aparición por estos Cafés de las figuras de la llamada Edad de Plata de la literatura española, la Generación de 1898. Las posteriores generaciones de 1914 con figuras como Ramón Gómez de la Serna o Juan Ramón Jiménez y las de 1927 o del ‘30 según algunos autores con Federico García Lorca, Dámaso Alonso contribuyeron a este resplandor de los Cafés madrileños que en nada tienen que envidiar a los de París, sirviendo de marco de referencia para los Cafés de provincia.

Los antiguos cafés y ateneos se convirtieron en auténticos centros literarios y filosóficos de España destacando en este sentido, sobre todo, la ciudad de Madrid, donde enclaves como el Antiguo Café y Botillería de Pombo , el Café de Madrid , el Ateneo de Madrid , el Café Gato negro , el Café Imperial y demás lugares de reunión, dieron un magnánimo esplendor al ambiente bohemio implantando en Madrid durante el final del siglo XIX hasta el fin de la II República que acabaron con esa edad dorada de las letras castellanas en España . La vida bohemia en Madrid durante esta esplendorosa época se nutrió de magníficos escritores , pintores , filósofos y otras gentes de este maravilloso mundo del arte comprometido , que frecuentaron los templos bohemios anteriormente citados , entre ellos Ramón Gómez de la Serna , José Ortega y Gasset , Valle-Inclán , Pío Baroja y su hermano Ricardo , Unamuno , Rubén Darío , Juan Ramón Jiménez , además de políticos como Manuel Azaña que llegó a ser el Presidente del Ateneo de Madrid de 1930 a 1932.

Si hiciéramos un repaso a todos ellos encontraríamos una gran variedad de cafés literarios representativos durante ese periodo de varios lustros y cada uno escucho las voces más características de las generaciones intelectuales.

martes, 9 de julio de 2013

Casas de cordero

Situadas en la Calle Mayor, nº 1, con vuelta a la Calle de Esparteros, nº 3 y 5, c/v Calle del Marqués viudo de Pontejos, nº 2, c/v Plaza de Pontejos, nº 2 y c/v Calle del Correo, nº 2.

En ese mismo año de 1841, Santiago Alonso Cordero, siendo concejal del Ayuntamiento de Madrid, adquirió la totalidad del solar en el que había estado situado el Convento de San Felipe El Real en publica subasta, con una puja rozando los 17 millones de reales, considerada desmesurada para aquellos tiempos pese a tratarse del solar mas importante de Madrid, ubicado en la actual Puerta del Sol, calle Mayor, nº 1, corazón comercial entonces de toda España. Benito Pérez Galdós comentaba en los Ayacuchos de los Episodios Nacionales: “Ha comprado el solar de San Felipe, para construir en el una casa; allá se irá con El Escorial en grandeza, y será la 8ª maravilla de la Corte”.

¿Cual es el origen de la fortuna de Santiago Alonso Cordero, que le permitió esta enorme adquisición en 1841?. Si hacemos caso a Ramón Gómez de la Serna: “La fortuna de Cordero fue hecha súbitamente en el premio gordo de la lotería de Navidad con muchas combinaciones de premio. Tanto gano que el Tesoro casi se declaro en quiebra para poder pagar. El Rey llamo a Cordero para rogarle que cobrara poco a poco a la Hacienda, maltrecha. Una de las compensaciones que tuvo fue la de este edificio”. (Podría comentarse la incoherencia que presenta el texto cuando indica; “El Rey llamo a Cordero...”, ya que en España estuvimos en periodo de Regencia, no de Reinado, desde 1833, muerte de Fernando VII, hasta 1843, en que las Cortes declararon a Isabel II mayor de edad, realizándose la venta en 1841), Carrete Parrondo en Puerta del Sol coincide con Gómez de la Serna y comenta: “la totalidad del solar adquirido en 1841 por cerca de 17 millones de reales por el maragato Santiago Alonso Cordero, destinado parte del premio gordo de lotería, que le había tocado, premio tan cuantioso que el Erario se vio obligado a pagarle en varios plazos y a cederle este solar como parte del mismo; y allí construyó la mejor y mas grande casa de vecindad de Madrid”.

Actualmente en el Instituto de Estudios Madrileños no consideran valida la hipótesis del premio gordo de la lotería, ya que no aparece Santiago Alonso Cordero en la relación de premiados aquellos años, por lo que no se tiene seguro del origen de su fortuna.

Estas casas que llevan el nombre de su promotor, Santiago Alonso Cordero, fueron construidas entre 1842 y 1845 por el arquitecto Juan José Sánchez Pescador en el solar donde estuvo emplazado el Convento de San Felipe el Real, fundado en 1547, desamortizado en 1836 y derribado en 1838, las diseñó formando seis edificios, cinco de ellos haciendo un conjunto. Fue el primer gran edificio de viviendas que tuvo la ciudad, consta de cuatro alturas sobre planta baja y presentaba una distribución de las viviendas ajustada a los distintos perfiles sociales y económicos de la época, localizándose las viviendas más lujosas en la parte central del edificio.

Cuando se produjo la reforma de la Puerta del Sol, entre 1852 y 1862, se consiguió crear ese espacio público representativo que buscaba la clase política liberal, en parte gracias a las Casas de Cordero, pues el arquitecto Lucio del Valle unificó arquitectónicamente el conjunto de edificaciones de la plaza, tomándolas como modelo. Si observamos detenidamente la Puerta del Sol resulta que todas y cada una de las fachadas que dan a esta plaza tienen la misma altura y la misma disposición ordenada de vanos, balcones y pilastras que las Casas del Cordero.

En la importantísima colección de fotografías de monumentos españoles realizadas por Jean Laurent, fotógrafo de la corte, destacan tres de las Casas de Cordero pudiéndose observar en una de ellas, con el titulo “Kiosco del Teléfono”, la gran torre de distribución de cables para abonados, cuando el monumental edificio fue la primera sede de Telefónica en Madrid hace mas de una centuria. En la fotografía de la Puerta del Sol, hacia 1920, se refleja con todo detalle la torre y los cables de distribución para las terminales telefónicas.

Unos años mas tarde, Santiago Alonso Cordero vendió la totalidad de esta edificación con un importante beneficio. Todavía en la actualidad, se conoce como Casas de Cordero, Plaza y Calle del Marques Viudo de Pontejos y Calle Esparteros, nombre que tristemente se va perdiendo.


Como anécdota cabe decir que todavía se conserva en la esquina de las Calles Mayor y de Esparteros el escudo del promotor de este edificio, en el que además estuvo mucho tiempo ubicado el Café Nuevo del Pombo.

martes, 25 de junio de 2013

Convento de San Felipe

También conocido como Monasterio de San Felipe el Real, fue fundado el 9 de marzo de 1546 por Fray Alonso de Madrid, padre provincial de la Orden los Agustinos, estuvo situado en la calle Mayor esquina a Esparteros. Su fundación estuvo rodeada de una gran polémica, puesto que tanto el arzobispo de Toledo, Juan Martínez de Silíceo, como varios particulares, e incluso el propio Ayuntamiento –siendo corregidor don Sancho de Córdoba- se opusieron en un principio a su fundación.

Apareció entonces la figura del Príncipe Felipe, futuro Felipe II, quien tomo bajo su protección a los Agustinos, e intercedió para que pudiera ser fundado. Así, el 9 de marzo de 1547, los religiosos tomaron posesión del Convento, que en agradecimiento, fue titulado con el nombre de San Felipe el Real. 

En cuanto al edificio, todas las fuentes coinciden en el gran valor arquitectónico que tuvo, especialmente su claustro, realizado por Andrés de Nantes y restaurado por Francisco de Mora entorno a 1600. Según Antonio Ponz, todo él era de granito y piedra berroqueña, de orden dórico, y constaba de veintiocho arcos sobre pilares en cada uno de los dos cuerpos de que se componía. 

Pero el elemento más famoso de San Felipe el Real, era sin ninguna duda su famosa lonja, situada sobre unas covachuelas en donde se vendían los más variados productos, y que recibió el nombre de Mentidero de La Villa, lugar en donde se fraguaron los principales rumores de la Corte, y que tantas veces aparecieron en la literatura del Siglo de Oro.

Sufrió un incendio en 1718 y fue reconstruido por Churriguera. 

La desamortización de Mendizábal supuso el final de este emblemático lugar del Madrid del Antiguo Régimen. Así, el 13 de febrero de 1836 se ordenó su demolición al encontrarse en estado ruinoso, a la cual se procedió en 1838. Su lugar lo ocupa actualmente las llamadas Casas de Cordero, construidas entre 1842 y 1845.

martes, 28 de mayo de 2013

Mentidero o Gradas de San Felipe

Los mentideros de Madrid eran lugares donde los madrileños del Siglo de Oro se reunían para conversar. Allí se hablada de todo lo divino y lo humano, se especulaba, fabulaba y en suma, se comentaba, más por no callar que por otra cosa, sobre Madrid, sus gentes y aquellos que las gobernaban.

Existían varios, entre ellos uno de lo más famosos y conocido era el Mentidero de San Felipe o de La Villa.

Estaba situado este mentidero en las escaleras que tenia el Monasterio de San Felipe El Real en la Puerta del Sol. La iglesia se encontraba situada en un plano más elevado ya que ocupaba la manzana que daba a la calle Esparteros, la calle del Correo y la calle Mayor y esto posibilitaba que en las escaleras se situasen todos aquellos que, disponiendo de mucho tiempo para el ocio, deseaban conocer de primera mano las noticias de las posesiones españolas y para ello la proximidad de la Real Casa de Correos era optima. Por otra parte la calle Mayor, era lugar de paseo obligado de los madrileños y en ella, a una hora u otra, siempre era posible encontrarse con la persona buscada, ya fuese un amigo, conocido o la amada. Las gradas suponían un balcón inmejorable sobre esta calle y por ello estaban muy concurridas. 

Al de la Puerta del Sol, el de San Felipe, donde estaban además los prestamistas y comerciantes; se refirió Cervantes en su Viaje al Parnaso: “Adiós, de San Felipe el gran paseo donde si baja el turco o sube el galgo, como en gaceta de Venecia leo”.

No era extraño encontrarse, a diferentes horas, a las mismas personas en unos mentideros o en otros.

viernes, 26 de abril de 2013

Casa de Correos

Entre 1756 y 1760 el arquitecto Ventura Rodríguez dirigió los primeros derribos de las casas de las manzanas 205 y 206 que lindaban con la Puerta del Sol con el fin de construir un edificio donde estuviera centralizado el servicio de correos de la corte. Sin embargo, en 1768 Carlos III optó finalmente por encargar la construcción de la Real Casa de Correos al arquitecto francés Jaime Marquet. Este arquitecto vino a Madrid acompañando al duque de Alba de su embajada de París, para encargarse del empedrado de las calles de la ciudad, mientras que Ventura Rodríguez esperaba que sus proyectos de la Casa de Correos gustaran al monarca. El destino quiso que Marquet construyera la real casa y que Ventura Rodríguez se encargara de los empedrados, hecho que produjo el dicho popular de «al arquitecto la piedra, y la casa al empedrador».

El edificio que proyectó Marquet es de planta rectangular, está organizado en torno a dos patios interiores separados por una crujía y consta de cuatro fachadas, puesto que pudo construirse exento al abrirse en su parte trasera una nueva vía pública, que es la actual calle de San Ricardo. Visto en alzado, sus cuatro fachadas son de estilo clásico francés, compuestas por un zócalo, piso bajo, entresuelo y piso principal, destacando los tres vanos, la balconada y el portal de acceso del cuerpo central, así como el frontón que lo remata con esculturas de Antonio Primo.

Tras albergar la Capitanía General, el Gobierno Militar y una guardia de prevención, en 1847 sus dependencias son objeto de una profunda reorganización al convertirse en la sede del Ministerio de la Gobernación, organismo básico en la España liberal, ya que será el que se encargue de todo lo referente a los gobernadores provinciales, consejos y diputaciones provinciales y ayuntamientos. No obstante, la planta baja del edificio siguió realizando sus funciones de correos y al año siguiente se instaló en la parte superior del edificio un telégrafo óptico central que comunicaba con el cuartel de guardias, luego sustituido por una estación central de telegrafía eléctrica situada en el patio. La reforma de la plaza de la Puerta del Sol realizada entre 1852 y 1862 no afectó al edificio, ya que en el concurso público de proyectos que convocó el ayuntamiento se incluía la condición indispensable de mantener la alineación que formaba el eje de la calle Mayor y la Carrera de San Jerónimo con la Real Casa de Correos.

Son famosos los dos relojes de la casa, el primero y más antiguo está situado en la fachada principal y procede del antiguo Hospital del Buen Suceso, que fue derribado cuando se produjo la reforma de la Puerta del Sol y, el segundo y más conocido, es el reloj que realizó Losada y precisó de la construcción de una torrecilla para su funcionamiento, que se verificó el 19 de noviembre de 1866.

Después de la Guerra Civil (1936-1939) y durante todo el régimen del general Francisco Franco la Real Casa de Correos se convirtió en la sede de la Dirección General de Seguridad del Estado. Con el advenimiento de la democracia y el desarrollo del estado de las autonomías, la Comunidad Autónoma de Madrid adquirió el edificio y encargó al arquitecto Ramón Valls Navascués las obras de adaptación para instalar algunas de sus dependencias (1985-1986). Entre 1996 y enero de 1998 el edificio ha sido de nuevo restaurado para embellecer la sede de la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, recuperando parte de su arquitectura original.

Fotos: - Puerta del Sol.

miércoles, 17 de abril de 2013

Un recorrido por Madrid

Hoy debería hablaros de la Casa de Correos pero, gracias a Manu, que hace unos días se puso en contacto conmigo por correo electrónico, os traigo algo diferente, algo que hasta ahora no había hecho en el blog, por lo tanto dejaré la entrada que tenía preparada para otro día.

Se trata de un vídeo en el que, durante aproximadamente 26 minutos, podréis ver un recorrido por Madrid. Lo ha elaborado el propio Manu y gracias a su colaboración, hoy puedo presentaroslo.

Aquí tenéis:
MADRID TOUR

Gracias Manu por enviarnos tu creación y por querer compartirlo en mi blog. Espero que no sea la última vez que me envíes algo hecho por tí para poder compartirlo en Un Paseo por Madrid y enseñarselo a todos los seguidores de la página.

Espero que os haya gustado. 

martes, 12 de marzo de 2013

Puerta del Sol

La Puerta del Sol es uno de los lugares más conocidos y concurridos de Madrid. Aquí se encuentra el denominado Kilómetro Cero de las carreteras radiales españolas y el reloj cuyas campanadas, a las 12 de la noche el 31 de diciembre de cada año, marcan la tradicional toma de las doce uvas y el comienzo de un nuevo año a la gran mayoría de los españoles. Se comenzó a televisar el 31 de diciembre en 1962, a partir de ese año no se ha dejado de retransmitir por la televisión pública y más recientemente, por televisiones privadas de España.
Dibujo

Es la única plaza que conserva el nombre de Puerta y no ostenta el calificativo de “plaza de”. La Puerta del Sol fue en sus orígenes uno de los accesos de la cerca que rodeaba Madrid en el siglo XV. Esta cerca recogía en su perímetro los arrabales medievales que habían ido creciendo extramuros, en torno a la muralla cristiana del siglo XII.

Durante la Guerra de Las Comunidades, se levantó en este lugar una fortaleza, cuya puerta principal tenía pintado un Sol, no se sabe si por su orientación hacia oriente o fue por casualidad. De ahí tomo su nombre este lugar. La puerta, de cal y ladrillo, tenía seis almenas en lo alto y estuvo situada en la confluencia de las Calles de Carretas y Montera, frente a la Carrera de San Jerónimo. Fue derribada en 1570 para ensanchar la salida de Madrid, perdurando el nombre hasta hoy.

Aunque desde los siglos XVII al XIX la puerta tenía importancia como lugar de encuentro (aquí se hallaba uno de los mentideros más famosos de la villa desde el Siglo de Oro, las famosas Gradas de San Felipe o Mentidero de San Felipe), no era una plaza definida, como la Plaza Mayor, y ocupaba la mitad del espacio actual.

La Casa de Correos fue construida por el arquitecto francés Jaime Maquet entre 1766 y 1768; la misma fue posteriormente Ministerio de la Gobernación y Dirección General de Seguridad del Estado durante la dictadura franquista y, actualmente, es sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Será esta Casa de Correos la que empiece a sentar las bases urbanísticas de lo que hoy es la Puerta del Sol y su creciente importancia como punto céntrico de Madrid. Tras la conversión de la Casa de Correos en sede del Ministerio de Gobernación (1847), se decide derribar algunas casas de la zona para realzar el edificio y darle seguridad.

A mediados del siglo pasado la Puerta del Sol fue remodelada por completo ampliando el perímetro de la Plaza y sustituyendo el aspecto rectangular y estrecho que tenía por una plaza de mayores proporciones y con forma de elipse en su lado norte, tal como la conocemos hoy en día. El resultado sería la creación de una gran plaza.

Para ello, en aplicación de las leyes de desamortización de Mendizábal, se derriban, entre otros, los Conventos de San Felipe y Nuestra Señora de las Victorias allí ubicados. Entre 1857 y 1862, Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer llevan a cabo la reforma de la plaza, dándole su fisonomía actual. Para ello mantienen la alineación de la Casa de Correos en uno de los lados y construyen edificios de viviendas con fachadas uniformes definiendo un espacio de forma semicircular.

En 1959 es reformada por Manuel Herrero Palacios incorporando en su centro una zona ajardinada y las fuentes. En 1986 los arquitectos Antonio Riviere, Javier Ortega y Antonio González Capitel introducen una nueva reforma, adquiriendo más importancia la zona peatonal. Las farolas instaladas con motivo de esta remodelación, fueron apodadas popularmente como los supositorios y provocaron una gran polémica debido a su diseño moderno. Finalmente fueron sustituidas por las actuales farolas de estilo "Fernandino", si bien en los dos postes centrales de la plaza los supositorios pervivieron algunos años más, para ser unificadas unos años más tarde con las del resto de la plaza.

Hace unos años se terminaron las obras en la misma para instalar un intercambiador de cercanías.

La historia de la Puerta del Sol está plagada de acontecimientos señalados, entre los que se encuentran el asesinato del presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas, en 1912 o la proclamación de la Segunda República en 1931.

Fotos: - Puerta del Sol.

martes, 5 de marzo de 2013

Puerta y plaza con solera

En mi casa siempre ha sido tradición desde que éramos pequeños el ir todos los años por Navidades a visitar el Mercadillo de la Plaza Mayor y el espectáculo que ofrece Cortylandia en el Corte Inglés situado en una de las calles que van a desembocar a la Puerta del Sol, Preciados.

Dibujo

Aún recuerdo la impresión que me llevé la primera vez que visité esta zona de Madrid, la cara de ilusión con que miraba a mis padres cuando íbamos allí. Ver aquel gigantesco árbol colocado en medio de la plaza cerca de la Antigua Casa de Correos. Con mis 4 ó 5 años de edad imaginaba que los niños que vivieran en las zonas cercanas eran afortunados pues con un árbol tan grande sería imposible que los Reyes Magos pasaran por allí y no dejaran algún pequeño detalle para ellos, los regalos en ese barrio debían de ser enormes, ¿se portarían mejor que yo durante el resto del año? No creo, si fuera así mis padres no me llevarían al centro comercial próximo para que echara un vistazo a los juguetes que iba a poner en mi carta, era evidente que yo antes de pedir lo que deseaba tenía que verlo con mis propios ojos para ver si era tal como lo veía en la Televisión.

Después en el Mercadillo de la Plaza Mayor siempre caía la compra de alguna figurilla para el Belén, un Belén que he de decir que aún hoy sobrevive y que cada año tengo la misma polémica con mi madre de ver en que mesa lo monto por las dimensiones que ocupa, lo que ella no sabe es que cuando me vaya a mi futura casa será una cosa que se vendrá conmigo y colocaré año tras año para mantener la tradición, siempre que tenga espacio disponible para poder hacerlo. Ver aquella plaza con la Casa de La Carnicería y de La Panadería en los laterales, hacía que soñara con miles de fantasías que luego recreaba con mis muñecos en casa.

Tampoco faltaba en aquella tarde la merienda en La Mallorquina, una pastelería muy conocida y con una repostería riquísima, ¡uuummm se me hace la boca agua solo de pensarlo! Hay también otro hecho que hasta hace pocos años revivía con mis sobrinos, el ir a disfrutar de la Cabalgata de Reyes que desfila por esa zona.

Sin duda alguna, iré cumpliendo año tras año y haciéndome mayor pero mi espíritu siempre permanecerá joven y no habrá época, mientras mi cuerpo me lo permita, que falte a esta cita ya histórica en mi familia, seguiré jugando en el centro comercial, mirando con ilusión a los Reyes Mayos y teniendo caries causadas por los caramelos que reparten y las suculentas meriendas que me pego en esa época.

jueves, 21 de febrero de 2013

Historia de la motocicleta

Una motocicleta, comúnmente conocida en castellano con la abreviatura moto, es un vehículo de dos ruedas impulsado por un motor de combustión interna a gasolina. El cuadro y las ruedas constituyen la estructura fundamental del vehículo. La rueda directriz es la delantera y la rueda motriz es la trasera. Las motocicletas pueden transportar hasta dos personas, y tres si están dotadas de sidecar.

El estadounidense Sylvestre Howard Roper (1823-1896) inventó un motor de dos cilindros a vapor (accionado por carbón) en 1867. Ésta puede ser considerada la primera motocicleta, si se permite que la descripción de una motocicleta incluya un motor a vapor.

Wilhelm Maybach y Gottlieb Daimler construyeron una moto con cuadro y cuatro ruedas de madera y motor de combustión interna en 1885. Su velocidad era de 18 Km./h y el motor desarrollaba 0,5 caballos.
Gottlieb Daimler usó un nuevo motor inventado por el ingeniero Nikolaus August Otto. Otto inventó el primer motor de combustión interna de cuatro tiempos en 1876. Lo llamó "Motor de Ciclo Otto" y, tan pronto como lo completó, Daimler (antiguo empleado de Otto) lo convirtió en una motocicleta que algunos historiadores consideran la primera de la historia. En 1894 Hildebrand y Wolfmüller presentan en Munich la primera motocicleta fabricada en serie y con claros fines comerciales. La Hildebrand y Wolfmüller se mantuvo en producción hasta 1897.Los hermanos rusos afincados en París Eugéne y Michel Werner montaron un motor en una bicicleta. El modelo inicial con el motor sobre la rueda delantera se comenzó a fabricar en 1897.

En 1902 se inventó el escúter (proviene del inglés 'scooter'), también conocido como auto sillón, por el francés Georges Gauthier. La escúter es una moto compuesta de un salpicadero de protección. Fue fabricada en 1914. Tuvo una gran popularidad, sobre todo entre los jóvenes. Está compuesto por dos ruedas de poco diámetro y un cuadro abierto que permite al conductor estar sentado en vez de a horcajadas. También contiene una carrocería que protege todos los mecanismos, y ofrece algún pequeño espacio de almacenaje de objetos pequeños y de una rueda de recambio. Son vehículos urbanos, aunque también se pueden hacer viajes largos. Lo que destaca en este tipo de motos es la comodidad del manejo y facilidad de conducción, y no el desarrollo de grandes velocidades.

En 1910 apareció el sidecar, un carro con una rueda lateral que se une a un lado de la motocicleta. Consta de un bastidor (de una sola rueda) y de una carrocería que protege al pasajero. La motocicleta que lo arrastra, se convierte en un vehículo de tres ruedas y su conducción se controla mediante el giro del manillar, al no poder ejecutarse la basculación. Ya había aparecido años antes, pero en bicicletas y con la proliferación de los vehículos llamados "utilitarios" han desaparecido prácticamente de la circulación.

Después de volver de la Segunda Guerra Mundial (1945), los soldados estadounidenses parecían descontentos con las motocicletas que eran construidas por Harley-Davidson e Indian. Las motos que habían montado en Europa eran más ligeras y más divertidas de conducir. Estos veteranos comenzaron a andar con otros ex soldados para volver a vivir algo de la camaradería que habían sentido en el servicio. Estos grupos se dieron cuenta que sus motocicletas necesitaban los cambios que Harley no les proporcionaba. Así nació la Motocicleta Custom.