martes, 23 de julio de 2013

Cafés literarios (1ª parte)

En la Península Arábiga aparecieron los primeros lugares públicos que servían café, bebida con un origen legendario conocida como néctar o vino de los árabes. A comienzos del siglo XVII, Venecia introdujo los cafés en Europa que se extendieron por Italia, Austria y Francia. En España la introducción del café considerándolo tanto como consumición como por establecimiento, estuvo unido a la mentalidad ilustrada del siglo XVIII. Junto a los Salones y los Clubes, los Cafés fueron medios de difusión de ideas ilustradas y científicas y lugares de sociabilidad que respondían a las nuevas costumbres y demandas de las altas clases sociales españolas. El antecedente de los cafés españoles parece estar en los mentideros, remontándonos para ello al siglo XVII, pero el antecedente más claro es la botillería. A diferencia de ésta, el Café tuvo a comienzos del siglo XIX un carácter más permanente y no transitorio.

A mediados del siglo XIX se produjeron varios cambios en los Cafés: se reconstruyeron los viejos y se construyeron nuevos Cafés por influencia de París, fueron el marco idóneo para la burguesía y se abrieron a las mujeres. Después en los años noventa del mismo siglo se dejó sentir la influencia del modernismo en las estructuras de los Cafés, predominando ahora la arquitectura de hierro y la uniformidad espacial. Este esplendor vino dado por la aparición por estos Cafés de las figuras de la llamada Edad de Plata de la literatura española, la Generación de 1898. Las posteriores generaciones de 1914 con figuras como Ramón Gómez de la Serna o Juan Ramón Jiménez y las de 1927 o del ‘30 según algunos autores con Federico García Lorca, Dámaso Alonso contribuyeron a este resplandor de los Cafés madrileños que en nada tienen que envidiar a los de París, sirviendo de marco de referencia para los Cafés de provincia.

Los antiguos cafés y ateneos se convirtieron en auténticos centros literarios y filosóficos de España destacando en este sentido, sobre todo, la ciudad de Madrid, donde enclaves como el Antiguo Café y Botillería de Pombo , el Café de Madrid , el Ateneo de Madrid , el Café Gato negro , el Café Imperial y demás lugares de reunión, dieron un magnánimo esplendor al ambiente bohemio implantando en Madrid durante el final del siglo XIX hasta el fin de la II República que acabaron con esa edad dorada de las letras castellanas en España . La vida bohemia en Madrid durante esta esplendorosa época se nutrió de magníficos escritores , pintores , filósofos y otras gentes de este maravilloso mundo del arte comprometido , que frecuentaron los templos bohemios anteriormente citados , entre ellos Ramón Gómez de la Serna , José Ortega y Gasset , Valle-Inclán , Pío Baroja y su hermano Ricardo , Unamuno , Rubén Darío , Juan Ramón Jiménez , además de políticos como Manuel Azaña que llegó a ser el Presidente del Ateneo de Madrid de 1930 a 1932.

Si hiciéramos un repaso a todos ellos encontraríamos una gran variedad de cafés literarios representativos durante ese periodo de varios lustros y cada uno escucho las voces más características de las generaciones intelectuales.

1 comentario:

Candela Vizcaíno dijo...

¡Qué bueno! Nosotros también hemos hablado del tema. Os dejo el link http://bit.ly/1hDo6sF